Básicamente, es la fachada del Ayuntamiento lo más interesante de su arquitectura, coronada por la torrecilla con el reloj que anteriormente estuvo en la torre de la iglesia de Santamaría, cuyo traslado se realiza en el S.XIX debido a la secularización de la vida y la separación de los poderes civil y eclesiástico. En su interior albergaba la carnicería, abacería, cárcel, escuelas, viviendas del maestro, juzgado..., etc.
En la segunda mitad del siglo XIX se produce un auge económico en la provincia de Valladolid, llega el ferrocarril, se construyen nuevas carreteras que facilitarán las comunicaciones favoreciendo el despegue económico, edificando en ladrillo los nuevos ayuntamientos con escuelas de instrucción primaria, cuyas obras son competencia de los gobiernos civiles. En 1871 la delegación del señor gobernador entregó al alcalde de Mojados, Francisco Díaz, la cantidad de 20.000 reales, en oro y plata, para terminar las obras de las casas consistoriales, escuelas y cárceles. El Ayuntamiento fue reparado en 1876 por Demetrio Pérez y Eustaquio Capellán.
La construcción del nuevo consistorio (año 1893) fue posible gracias al préstamo (15.000 pts.) del conde de Patilla al Ayuntamiento de Mojados. En este nuevo edificio se instala en el castillete o torrecilla la campana y reloj municipal, se construyen escuelas, se habilitan viviendas para el alguacil y maestros, calabozos, etc. Tenía tres entradas frontales, la central o principal nos conducía a las dependencias municipales y viviendas, y las laterales a las escuelas: la derecha para niñas y la izquierda para niños. Este edificio se incendió la tarde del 23 de marzo de 1956 tras una reciente restauración.
Con el siniestro el edificio quedó reducido a cenizas y tan sólo aguantaron sus muros, siendo reconstruido en 1957 por la Corporación presidida por César Casado Cubero con un presupuesto extraordinario de un millón de pesetas. El nuevo Consistorio tenía una única entrada frontal y dos en los costados para las escuelas de niñas; fue dotado de salón de actos, calabozo, oficinas, archivo, juzgado municipal, despacho, viviendas de maestros y alguacil, etc.
El edificio antiguo era más elegante y señorial que el actual. `El incendio se produjo -todavía nos lo recuerda Mariano Pelillo, el alguacil- a las dos de la tarde y duró hasta bien entrada la noche a pesar de las dos filas de hombres que traían agua del río con los calderos, dirigidos por el entonces cura párroco, Juan Martín. El archivo quedó intacto, pues hubo tiempo suficiente para sacarlo y llevarlo a la iglesia, aunque se quemó la maravillosa escribanía, realizada por el artífice mojadense Alejandro Vélez y que éste había regalado al Ayuntamiento.
En la década de los ochenta se reformó totalmente el Ayuntamiento, Bajo la presidencia de Hipólito Cantalapiedra Miguel.